El Covid-19 irrumpió en el mundo y gestó un terreno propicio para revolucionar digitalmente la industria de la salud.
El viernes 20 de marzo de 2020 se estableció cuarentena obligatoria en Argentina debido a la llegada del Covid-19 al país. Las personas tuvieron que aislarse en sus casas sin poder tener contacto con otros y siguiendo las recomendaciones indicadas por las autoridades.
Sin duda fueron años difíciles, la pandemia tomó por sorpresa a todos. El sector sanitario, como era de esperarse, fue uno de los más golpeados. El sistema no estaba preparado para hacer frente a un evento de esta magnitud y se hicieron aún más evidentes las problemáticas que el rubro llevaba arrastrando hace ya varios años.
El Covid-19 nos encontró parados con un sistema de salud saturado, con falta de estructura, escasez de recursos y de elementos de protección personal, y ausencia de digitalización en la mayoría de las instituciones. El virus superó la capacidad de nuestro sistema para rastrear, evaluar y monitorear a las personas con sospecha de infección.
El tiempo pasó y hoy podemos analizar lo ocurrido desde una perspectiva de aprendizaje. La pandemia no solo ocasionó una enorme crisis sanitaria, sino que dejó en evidencia la necesidad de la digitalización en salud y generó un terreno propicio para que pueda ocurrir esta transición.
Los desafíos que trajo el Covid-19 impulsaron la rápida integración de la tecnología al sector médico. Un claro ejemplo fue la utilización de telemedicina para hacer consultas, la utilización de esta herramienta fue fundamental para poder continuar ofreciendo servicios médicos y a la vez cuidar de los contagios tanto a pacientes como a profesionales.
El área de informática médica del Hospital Italiano de Buenos Aires realizó un estudio analizando el aumento de las teleconsultas respecto a las consultas presenciales en el momento de la crisis sanitaria. Allí registraron que durante la pandemia las visitas presenciales al hospital declinaron en un 46% pasando de un número de 176.370 en 2019 a un total de 95.421 en 2021, y además, aumentaron las teleconsultas desde 12 diarias en febrero del 2020 a unas 1132 consultas diarias en marzo del 2020.
Según lo analizado en esta institución, luego de que cesó la emergencia sanitaria las tele consultas volvieron a disminuir mientras que las consultas presenciales volvieron a aumentar. Pero a pesar de que la tendencia hacia la telemedicina comenzó a revertirse lentamente, este suceso planteó un antes y un después en la digitalización.
La llegada de la pandemia generó un nuevo paradigma en salud: aumentó la analítica de datos para generar nuevas estrategias a partir de lo analizado y tomar medidas basadas en evidencia, se promovió la vigilancia epidemiológica en las instituciones, se impulsó el desarrollo de herramientas de diagnóstico utilizando inteligencia artificial, aumentó el uso de aplicaciones móviles y otras herramientas como telemedicina, recetas digitales y chatbots para seguimiento remoto de pacientes.
Así fue como la virtualidad tuvo la oportunidad perfecta para mostrar sus beneficios y que todos los actores del sistema pudieran reconocerlos y utilizarlos en su práctica diaria.
Se comprimió en dos años un proceso que hubiese tomado una década. Desde Laba esperamos que no tenga que llegar otra pandemia para que las instituciones hagan su transición a lo digital y aprovechen el impulso que nos dejó el Covid-19 para seguir adoptando herramientas innovadoras y eficientes, ¡el momento es ahora!