Cada vez más, la evidencia se posiciona como el elemento central al momento de tomar decisiones en salud.
El cuidado de la salud es un rubro cuyo margen de error debe ser cada vez más estrecho, porque detrás de cada acción hay un paciente (o miles). Precisamente por eso es que la evidencia y los datos se posicionan en un lugar cada vez más central al momento de tomar decisiones en esta industria.
Sin embargo, no todas las empresas de salud están preparadas para utilizar los datos de manera correcta. Y aún peor: en su gran mayoría, no implementan sistemas que los recolecten de forma estructurada.
Todavía existe un déficit en la visión, la estrategia y la planificación respecto a las formas de adquirir datos propios, de integrarse con otras fuentes y de generar mecanismos para analizar los datos recolectados.
El verdadero desafío: un cambio de mindset
El primer paso es identificar la necesidad de que haya un cambio y de que el mundo de la salud comience a caminar hacia un nuevo paradigma. Y eso es tarea de cada uno de los actores de salud, desde las personas hasta las grandes organizaciones.
Los profesionales de la salud -ya no solo médicos-, los sistemas informáticos que se utilizan, los financiadores, los prestadores, y todo el resto de los actores de este rubro, están enfocados, en general, a resolver los problemas (que son muchos) de su trabajo del día a día. Por lo general lo urgente le gana a lo importante, y no se encuentra el tiempo ni los recursos para diseñar mecanismos globales de recolección y análisis de información. Y mucho menos para considerar compartir datos e integrarse con otras organizaciones.
Pero la realidad, en algún punto, lo pide. Por eso se vuelve crucial visibilizar ese desafío desde cada organización e identificar la respuesta que mejor se adapte a cada situación. Porque la salud es una industria compleja, heterogénea y sensible, y cada organización tendrá desafíos propios y particulares. Por eso se necesitan equipos especialistas con conocimiento del sector que trabajen codo a codo con equipos de cada una de estas organizaciones, y que de ese trabajo en conjunto surjan las herramientas y las estrategias necesarias.
Algunos problemas, sin embargo, son transversales.
Los registros médicos suelen contener texto de formato libre y no estructurado, como evoluciones, información sobre medicamentos, órdenes médicas y resúmenes de alta, por ejemplo.
Además, coexisten cantidades masivas de datos de imágenes médicas, como imágenes de radiología, cardiología, oncología y anatomía patológica, junto con datos de operaciones de atención médica.
Y el problema principal, es que los sistemas de información de salud tradicionales son en su mayoría sistemas empaquetados adquiridos de diferentes proveedores para cumplir funciones operativas específicas, que por lo general no cuentan con una visión holística, y que se implementan en silos sin ninguna integración ni interoperabilidad. Todo esto da como resultado la generación y el almacenamiento de datos aislados y subexplotados.
Qué ventajas se pueden obtener si la toma de decisiones se basa en datos
La posibilidad de acceder a información en tiempo real permitirá tomar decisiones de negocios y clínicas de manera inteligente y veloz, aumentando la competitividad de las organizaciones que mejor logren hacerlo. Incluso la mayor parte de las promesas de la industria se apalancan en poder efectivamente recolectar y analizar datos:
- La medicina preventiva, requiere naturalmente de poder procesar grandes volúmenes de datos para poder diseñar protocolos efectivos.
- Los sistemas de soporte a la toma de decisiones clínicas, normalizarán el desempeño clínico, aumentarán la efectividad de los diagnósticos y disminuirán los errores clínicos pero requerirán de grandes volúmenes de datos para su diseño.
- La medicina de precisión, promete grandes resultados pero necesitará crear modelos a partir de datos – muchos datos -.
- El seguimiento y monitoreo de pacientes permitirá aumentar la adhesión a tratamientos, pero requiere que se recolecte información estructurada para poder realizar un seguimiento automatizado y efectivo.
- El análisis de datos médicos permitirá a financiadores ajustar sus modelos y optimizar recursos para sus afiliados.
- Sólo con datos en salud podremos afrontar el gigantesco desafío que se aproxima de cómo sostener una población envejecida.
- Sistemas con datos estructurados permitirán pensar y expandir nuevos modelos de negocios, como la creación de acuerdos de riesgos compartidos para la financiación de fármacos de alto costo, entre miles de ejemplos más.
El futuro es prometedor, pero depende de nosotros
La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto muchas falencias del sistema sanitario, tanto en Argentina como en el mundo. Y esa visibilización fue y sigue siendo un excelente motor de transformación. Ya como clientes exigimos servicios digitales. Ya como profesionales exigimos herramientas cómodas e intuitivas. Y ya las organizaciones están entendiendo la importancia de ponderar la evidencia y los datos por sobre otras variables al momento de tomar y fundar una decisión (sea clínica o de negocios).
Pero ese proceso acaba de empezar. Necesitamos hoy más que nunca poder aprovechar ese impulso para transformar efectivamente los procesos y las formas de trabajo de la industria: es el momento de modernizar sistemas, de repensar procesos, y de armar estrategias de transformación a largo plazo, apalancándonos en las tecnologías que vienen transformando todos los otros sectores hace años. Las organizaciones que sean capaces de tomar decisiones basadas en la evidencia de forma eficiente serán las que lideren la industria en la inminente era de salud digital.
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Si estás interesado en las ventajas que los datos y la evidencia traen al sistema de salud cuando se implementan de la manera adecuada, podés conectarte con nosotros ingresando Aquí.